He estado tres noches haciendo este maligno puzzle para nada. Me di cuenta ya la segunda noche que no merecía la pena tanto esfuerzo para algo que cuesta tan poco en la tienda y encima es de madera, con lo que es indestructible (o casi) para los niños salvajes que tengo en casa. Pero como lo había empezado ya pensé terminarlo y ver que tal. En cuanto se lo enseñé a los niños ya se lo llevaron a la boca como es lógico y lo mordieron y agujerearon el cartón...así que no lo recomiendo para nada, mejor comprar uno de madera o hacerlo de madera si sabéis-podéis.
Nota navideña:
Imagino que no me leerá nadie ni hoy ni mañana, debo ser la única que está escribiendo la entrada del blog mientras todo el mundo cena super elegante y esas cosas de nochevieja, y la única que rabia cuando escucha los petardos y coetes o los tacones de la vecina porque despiertan a los niños, que no tienen la culpa de nada los pobres. Es lo que tiene no celebrar la navidad, que padeces las molestias de los que si la celebran y no puedes decir nada. Espero que no se molesten ellos (es ironia, claro) cuando me ponga a coser a las 8 de su resacosa mañana.