Cuando estabamos en neonatos, desde el principio tienes la sensacion de que cualquier dia te pueden llamar en mitad de la noche. Esta sensacion es mucho mas intensa cuando no estas con ellos en el hospital, es cuando te vas a casa cuando empiezan a funcionar las paranoias de la muerte de tus hijos.
Y no es algo en plan "estas loca" como va a pasar eso. Es algo en plan "mejor no hablamos del tema porque es un riesgo real". El mayor riesgo es que deje de respirar, asi sin mas. Incluso despues de llevarmelos a casa les pasaba mientras comian, si no te das cuenta se ahogan! empiezan a ponerse morados y la zona de los labios azules, es horrible y no te acostumbras nunca, lo unico que aprendes con la frecuencia en que sucede a darle los golpes de rigor para que vuelva a respirar con cierta falsa calma, porque cada vez que pasa se te suben las pulsaciones. Incluso me he visto repitiendo su nombre con voz de sollozo mientras lo hacia si tardaba un par de segundos mas en reaccionar, pensando en mi cabeza que no volveria en si, y mi marido diciencome "calmate, dejame a mi".
En neonatos esos momentos de cara morada no se veian porque antes de llegar a eso pitaba un maquina. Por alli era un tema tabu, no hablabamos nunca de la muerte, era como si supieramos que estaba presente pero no queriamos mencionarla por si la llamabamos a nuestra puerta.
Tube dos veces la sensacion de panico acentuada. Dos veces llegue y encontre una o dos de mis incubadoras vacia. Corri donde las enfermeras con el llanto ahogandome la garganta queriendo salir a borbotones, preguntando y mis hijos? Donde estan mis hijos!? No entiendo porque nos hacen pasar por eso, porque no esperan a que llegue la madre para cambiarles de incubadora o de zona. Realmente no saben la angustia de esos segundos, de pensar en lo peor.
Una vez ingreso una niña muy pequeña, habia nacido de 25 semanas creo recordar. Estaba bastante delicada. Lo recuerdo muy bien por dos motivos: su madre era china y no conseguian comunicarse con ella, porque no hablaba castellano y tenia que ir a ratos un traductor con ella. EL otro motivo es que la niña no lo supero.
Nunca hablamos de ello con las otras madres que estabamos alli. Lo sabiamos pero no queriamos ponerle nombre, no queriamos ni mirar directamente la incubadora vacia. Cada vez que la mirabas de reojo al entrar te entraba un escalofrio, te recordaba esa posibilidad y era mejor no pensarlo. Era mejor pensar en positivo, transmitir serenidad, para que llegara todo el amor, esperanza y confianza posible a aquellas criaturitas que luchaban por vivir. Mejor concentrarte en releer los gramitos qu ehabian cogido tus hijos y contarlo a los familiares por telefono con voz de alegria "todo va muy bien! hoy ha cogido 30gr!". Intentabas mirar a los bebitos mas grandes, que ya estaban en cuna, que ya les quedaban pocos dias para irse e ignorar aquella incubadora vacia.