Mi gordito es un despegao, ya lo he comentado alguna vez. Es muy independiente, a veces se acerca para que le des un achuchón y ya enseguida te pide que le dejes para seguir a lo suyo. Siempre está riendo, es gracioso, simpático, muy fuerte fisicamente aunque su hermana le puede cuando le quita algún juguete porque él es más buenazo (o menos cabezota no se), y cede más. Le encantan los chicos mayores siempre los mira en el parque y quiere ir con ellos. Además es el más grandote de los tres, desde que llegó a casa les ha sacado un kilo de peso más o menos. Además hace todo el primero (gatear, ponerse de pie y ahora empieza a soltarse).
El caso es que hay un momento del dia en que se vuelve más bebé. Es muy dormilón y simpre se queda un poco más que sus hermanos en la cuna, por la mañana y en la siesta. Por la mañana le suelo despertar yo cuando ya he dado el desayuno a los otros dos para que vallan todos a la vez y así luego se duermen a la vez también. Pero en la siesta de la tarde le dejo que duerma a sus anchas. A veces hasta una hora y media más que sus hermanos.
Cuando le oigo que se ha despertado subo a su cuarto y casi siempre lo encuentro con su osito de peluche abrazado, atusandole la oreja y llorando. Es una imagen que siempre me llena de ternura y a la vez me encoge un poco el corazón, por ser el siempre tan fuerte y tan mayor y verle tan vulnerable en ese momento. Entonces le cojo y le como a besos y le muerdo los mofletes, porque él se deja hacer de todo ¡y es que es mi gordito y dan ganas de comerlo!!