Se lo que estareis pensando ahora....ay cuanta paciencia hace falta. Esa gran virtud comun a todas las madres en general y a las trillimamis en particular, que si no la tenemos la aprendemos a la fuerza con lágrimas y todo en muchos momentos que tenemos que resoplar y contar hasta 10, ó 20...
Pero no abro esta entrada para hablar de nuestra paciencia, que ya se da por hecho que la necesitamos en grandes cantidades industriales (aproximadamente necesitamos tanta como pañales)...sino que quería hablar de la paciencia de los bebés.
La infancia es la única etapa de nuestra vida que se nos permite ser egoistas e impacientes. Lo quieren todo ya, todo para mi y ahora! nuestros niños los pobres se ven obligados desde bien chiquitines a compartir y esperar. Seguramente la frase que más oigan (aparte de "que te como!") es "espera cariño". Tienen que compartir con otras dos personitas lo que más quieren en este mundo, su mami, su papi, su bibe, sus juguetitos,...y tiene que ser duro para ellos aprender esta lección tan pequeñitos cuando se supone que deberían ser adorables bebés mimados con toda la atención y cuidados para ellos solitos.
Desde primera hora de la mañana practican a tener paciencia. Cuando se despiertan, normalmente primero el flaquito y el gordito, entro en el cuarto y veo al flaquito boca arriba agitando sus piernecitas y riendome con cara de "mami, mami!!!" y el gordito boca abajo enredado en la sabana con la etiqueta del peluche en la mano con una sonrisa de oreja a oreja, ya sabe que primero cojo a su hermano así que espera su turno jugueteando por la cuna. Quizá debería coger un dia a cada uno primero, pero como mi flaquito no se mueve todavía, no se gira ni se desplaza de ninguna forma me da más pena.
Una vez abajo todos, quieren desayunar. Una vez más les toca esperar su turno. les doy el bibe uno por uno y luego les cambio el pañal. Ahora toca el turno del taca taca. Les encanta y los tres quieren salir del parque, así que establesco los turnos a 15 minutos por cabeza. En eso es en lo que menos paciencia tienen y lloran más por esas cosas, por los juguetes y por salir del parque o por el taca taca. Imagino que porque es lo más nuevo, el comer a turnos ya lo hacen desde que nacieron y lo tienen más asumido.
Esto me enseña que el tener paciencia les lleva un aprendizaje y tenemos que tener paciencia con su poca paciencia para algunas cosas porque les lleva su tiempo asumirlo y aprender que sin ningún remedio les ha tocado tener turnos para todo.
Pero no abro esta entrada para hablar de nuestra paciencia, que ya se da por hecho que la necesitamos en grandes cantidades industriales (aproximadamente necesitamos tanta como pañales)...sino que quería hablar de la paciencia de los bebés.
La infancia es la única etapa de nuestra vida que se nos permite ser egoistas e impacientes. Lo quieren todo ya, todo para mi y ahora! nuestros niños los pobres se ven obligados desde bien chiquitines a compartir y esperar. Seguramente la frase que más oigan (aparte de "que te como!") es "espera cariño". Tienen que compartir con otras dos personitas lo que más quieren en este mundo, su mami, su papi, su bibe, sus juguetitos,...y tiene que ser duro para ellos aprender esta lección tan pequeñitos cuando se supone que deberían ser adorables bebés mimados con toda la atención y cuidados para ellos solitos.
Desde primera hora de la mañana practican a tener paciencia. Cuando se despiertan, normalmente primero el flaquito y el gordito, entro en el cuarto y veo al flaquito boca arriba agitando sus piernecitas y riendome con cara de "mami, mami!!!" y el gordito boca abajo enredado en la sabana con la etiqueta del peluche en la mano con una sonrisa de oreja a oreja, ya sabe que primero cojo a su hermano así que espera su turno jugueteando por la cuna. Quizá debería coger un dia a cada uno primero, pero como mi flaquito no se mueve todavía, no se gira ni se desplaza de ninguna forma me da más pena.
Una vez abajo todos, quieren desayunar. Una vez más les toca esperar su turno. les doy el bibe uno por uno y luego les cambio el pañal. Ahora toca el turno del taca taca. Les encanta y los tres quieren salir del parque, así que establesco los turnos a 15 minutos por cabeza. En eso es en lo que menos paciencia tienen y lloran más por esas cosas, por los juguetes y por salir del parque o por el taca taca. Imagino que porque es lo más nuevo, el comer a turnos ya lo hacen desde que nacieron y lo tienen más asumido.
Esto me enseña que el tener paciencia les lleva un aprendizaje y tenemos que tener paciencia con su poca paciencia para algunas cosas porque les lleva su tiempo asumirlo y aprender que sin ningún remedio les ha tocado tener turnos para todo.