Parece que voy estrella de rock o algo diciendo esto, pero es así como me sentí el otro dia cuando salí sóla. Vino mi madre un par de días y aproveché para ir a mi médico de cabecera, sin niños.
El ir por la calle y que nadie me mirara, ni hacían comentarios entre ellos señalándome, o ni me hablaban o me hacían preguntas, me resultaba "raro". Por lo visto me he acostumbrado a esa sensación de ser "famosa" y ahora que iba sóla y anónima me encontraba como que me faltaba algo, como cuando te dejas las llaves en casa y no te acuerdas que te has dejado.
Por momentos lo disfruté de nuevo, de andar tranquila, hasta andaba más despacio y me paré en algún escaparate y todo. Me entraron ganas hasta de irme a comprar, pero me acordé de mi madre sola con los tres y pensé que igual le armaban alguna si tardaba demasiado.
Por otros momentos hasta lo echaba de menos, si, aunque parece mentira, porque es algo odioso de verdad que no te dejen en paz. Pero me resultaba tan raro no tener que dar explicaciones o contar algo de los niños, decir que son muy buenos, que no dan tanto trabajo, la muletilla que ya repetía de "Bueno como no sé lo que es tener uno..". Hasta me saquen fotos con el móvil.
Cuando estaba esperando para entrar al médico una señora me preguntó a ver a qué hora tenía yo, y me dieron ganas de decirle "tengo trillizos sabe", jajaja. No lo hice claro, me contube, porque aunque me aburría como una ostra esperando mi turno y esto nos habría dado conversación; un par de horas de anonimato y de sentirme como una chica normal que va al medico merecen la pena. Porque a veces desconectar un poco también nos hace bien y el sentirnos normales por un momento también.
En esta sociedad parece que todo el mundo busca ser "especial" y a mi ahora lo que más me apetece es pasar desapercibida y ser normal, quizá es porque no puedo tenerlo más que en pequeños momentos como este y siempre queremos lo que no tenemos.