La receta de la pintura es bien sencillita, sólo es harina y agua e ir mezclando hasta conseguir la textura deseada, luego lo divido en varios botes y le añado los colores con colorantes alimentarios del super, sección de repostería. Hice una pintura de cada color de los que me venían y también verde (que en la foto no sea precia casi diferencia con el azul):
No me atrevía a enfrentarme al momento y estaba esperando un día de buen tiempo para hacerlo en la terraza. Pero como se ha tirado todo el mes lloviendo pues al final pues decidí probar suerte dentro a ver que pasaba. Para mi sorpresa se mancharon muy poco y el entorno nada de nada, sólo la mesa donde pintábamos, ni los sofás, ni el suelo ni nada, así que por este lado muy contenta.
Los tres han reaccionado diferente, como siempre. La que más ha "pintado" ha sido la niña, que le gusta embadurnarse, se frota las manos y luego las pasa por la hoja, su esquina ha quedado la que más mezclada. Mi gordito pintaba con los dedos pero más poco a poco y mi flaquito no ha tocado apenas la hoja, sólo quería untar el dedo para chuparlo, no ha entendido bien que era para luego pasarlo por la hoja y eso que yo he pintado un poco con ellos para que vean como se hace. Esta es la obra de arte que ha quedado, bueno el típico borrón de colores, jejeje, al secar quedan los colores muy pastel, supongo que por la harina que blanquea mucho la mezcla.
Cuando hemos terminado me he dado cuenta que no iba a utilizar esa mezcla en los próximos días y se iba a perder, así que se me ha ocurrido hacer galletas, como es harina y agua, sólo tenía que añadir azúcar y mantequilla. Como se hacen en 10 minutos en el horno luego hemos tenido galletitas para merendar (la foto es del día siguiente que ya quedaban pocas, de las rosas casi ninguna, jeje)