Ya os comenté que mis niños y suben y bajan las escaleras solitos. Pues mi gordito ahora quiere hacerlo de pies. Él solito va apoyándose en la pared y va subiendo como un hombrecito, claro esto me da bastante miedo porque se le ve muy inestable, pero no quiere que le ayude así que voy por detrás de él pegadita. La escalera la sigo teniendo cerrada, es decir sólo tienen acceso cuando yo les acompaño porque me da bastante miedo la verdad.
Otra habilidad con la que están ahora es subirse y bajarse de las sillas. Cuando llamo a comer vienen corriendo y mi gordito y mi niña se suben a su silla, mi flaquito todavía no puede. A mi niña le encanta sentarse a comer, cualquier cosa. Si les doy una galleta a media mañana mientras yo desayuno ella se sube galleta en mano a comérsela sentadita a mi lado. Eso si no sabe bajarse, el único que se baja sólo de la silla es mi gordito que siempre es pionero en estas cosas. El peligro con las sillas es que se han caído varias veces de la silla, sobre todo peleándose entre ellos. También que ahora tengo que andar muy al loro de lo que dejo encima de la mesa, como me deje un vaso o un cuchillo parece que tiene un imán y en cuanto me despisto se suben a la silla a cogerlo. Va a llegar un momento que no sé donde voy a poner las cosas, ya tengo siempre vacía la mesa del salón, ahora la de la cocina, y según van cogiendo altura y habilidades tengo que subir un peldaño más las cosas. Por ejemplo los mandos de la tele están encima de la tele, que allí como que no sirven para nada, jajaja. Pero como ya se suben al sofá o donde sea los cogen y los chuperretean dejándolos fuera de servicio hasta que se secan por dentro.
Otro gran peligro que me tiene frita son las puertas. Les ha dado por cerrar las puertas, por abrirlas, y lo peor que mi gordito hace una semana ha aprendido a esconderse. Me hace mucha gracia porque con lo canijo que es se va corriendo y se esconde, normalmente detrás de la puerta porque te vigila por la ranura. Sobre todo cuando les estoy acostando, el desaparece mientras arropo a sus hermanos y se esconde detrás de alguna puerta. El peligro es que mete los dedillos por la ranura y me da mucho miedo que algún día otro la cierre y se los pille. Ando poniendo medias pinzas para sujetar las puertas pero a veces se me olvida. Y con la puerta de la terraza que es más grande y no toca el suelo no sé que hacer. Me paso el día repitiendo "no toques la puerta!" como un disco rayado.
Parece que ya se les ha pasado lo de subirse encima de la mesa del salón, que se ponían de pies y todo. Ahora van probando a subirse a todo lo que se encuentran por su camino. Y si luego no pueden bajar, lloran, claro, pero cuando le bajas se vuelven a subir...Por ejemplo se suben en la cocinita y se tumban y todo. Intentan subirse al mueble de la sala pero no hay espacio suficiente de apoyo, menos mal. Se ponen de pie sobre las hamaquitas, se suben en mis cajas llenas de telas de mi rincón de coser, a veces consiguen abrirlas y desparramar su contenido, a veces se les cae encima una caja o se la tiran a uno de sus hermanos. Se suben y se bajan de las cunas que como os dije ahora las tengo abiertas pero como su cuarto está lleno de colchones por el suelo se lo pasan pipa y no tienen peligro, se persiguen, se ríen, se pegan...
En fin que estoy en una etapa de chinchones y rasguños que a veces ni me entero cuando se los han hecho, a veces ni se enteran ellos cuando están de cachondeo. Que mientras no pase de eso estoy contenta, que ya tuvimos un sustito de un punto en la frente de mi gordito. Y lo que me temo que esto no ha hecho nada más que empezar...