Hay días que los niños están especialmente revueltos (que suele coincidir con los que tu estas especialmente cansada, no se por que), un día de esos de lluvia que no han salido a desfogar a la calle, y están corriendo por el salón, persiguiéndose, riendo, gritando, tirando todo al suelo, que acaba uno o dos llorando a grito pelao, porque se acaban cayendo al suelo o le han quitado un juguete o le han empujado-mordido-pellizcado.... Si en esos momentos sacas unos mini-cortes de helado puedes ganarte 15 minutos de silencio con tres niños formalitos sentados en el sofá. Yo los corto menos de la mitad que los de la foto y aún así no les da tiempo de comerlo sin que acabe chorreando por sus bracitos-ropa-barbilla-sofá. Pero merece la pena por este paréntesis en la locura y ver como disfrutan del chuperreteo, y claro para poder comerte uno tu tranquila también, jeje, sin tener a tres cachorrillos hambrientos pidiendo como si no hubieran comido en tres días.
Hay días que los niños están especialmente revueltos (que suele coincidir con los que tu estas especialmente cansada, no se por que), un día de esos de lluvia que no han salido a desfogar a la calle, y están corriendo por el salón, persiguiéndose, riendo, gritando, tirando todo al suelo, que acaba uno o dos llorando a grito pelao, porque se acaban cayendo al suelo o le han quitado un juguete o le han empujado-mordido-pellizcado.... Si en esos momentos sacas unos mini-cortes de helado puedes ganarte 15 minutos de silencio con tres niños formalitos sentados en el sofá. Yo los corto menos de la mitad que los de la foto y aún así no les da tiempo de comerlo sin que acabe chorreando por sus bracitos-ropa-barbilla-sofá. Pero merece la pena por este paréntesis en la locura y ver como disfrutan del chuperreteo, y claro para poder comerte uno tu tranquila también, jeje, sin tener a tres cachorrillos hambrientos pidiendo como si no hubieran comido en tres días.