Un hijo lleva mucho trabajo, si
podéis no rechacéis las ayudas que os ofrezcan. Delegar algo no es malo, el descansar es
necesario, así que tenéis que aprender a compartir, con vuestra pareja y con la
gente que os rodea. Curiosamente el permiso de maternidad suele acabar cuando
los niños empiezan a entrar en una etapa que van adquiriendo autonomía. ¡Que
peligro!.
Quien diga que llevar una casa y
criar un hijo no es trabajo, que es peor aguantar el encargado detrás todo el
día (como me dijo la semana pasada el de la gasolinera) es que no sabe de qué va
el asunto. Si tan cómodo y fácil de hacer es, ¿por que cuando se llega a casa no
se ponen como desesperados a pasárselo bien barriendo, cocinando, fregando,
cuidando el niño y yendo a hacer la compra para todos?. ¿Por qué se prefiere ver
la tele, mirar el periódico, leer, jugar con el ordenador o ir al bar a tomar un
café con los amigos y hablar de fútbol?… ¿no será que no es tan maravilloso y
fácil como algunos dicen?. Yo respeto mucho a las madres que han elegido estar
en casa con los niños porque considero que es una de las actividades más
cansadas que puedas encontrar, si quieres hacerlo bien te absorbe de una forma
extrema aunque luego te compense en muchas cosas. Es como si uno viviera todo el
día en la oficina, así que aunque estéis cansados, papis, recordad que el niño es de los
dos y hay que compartirlo o al menos dar de tanto en tanto
un respiro a la madre. Tampoco estaría nada mal que de tanto en tanto la pareja
pudiera dejar al peque con alguien para recordar que aún son personas y festejar
un poco como cuando novios. Y sobre todo si alguien se siente muy agobiado
habladlo. Siempre he dicho que no tenemos telepatía y si no decimos las cosas los demás
no pueden saber lo que pasa por nuestra cabecita y luego ocurre lo que ocurre, que
nos acabamos enfadando, cabreando o estresando. Así que ni uno ni otro no os
canséis de comentar todo lo que opináis sobre la crianza y el trabajo que os
supone ser padres. La comunicación, sin
discusión, siempre en momentos relajados, es
una de las cosas que más cuesta en la pareja y es la base de
todo.
Pensad que vosotros y el entorno
que intervenga en la crianza del niño debe estar bien coordinado. Si os proponéis algo deben hacer
eso todos. No es cuestión de unos actuar de una forma y otro de otra. Así lo
único que se consigue es desorientar al niño en un primero momento. Luego
aprenderá a que con cada uno adoptará una estrategia para conseguir algo que el
otro no le da. Lo más peligroso es que se llegue a contradecir un adulto a otro
delante del niño, así lo único que se hace es desautorizarlo. Pongamos un
ejemplo. Los abuelos quieren darle al niño una golosina, los padres no lo
quieren, pese a que lo han comunicado los abuelos compran golosinas porque ellos
creen que es lo mejor para el niño, porque lo hacían con sus hijos de pequeños o
porque creen que así el peque les hará más caso. El niño sabe que los papis no
le darán pero que si los papis no se enteran, en casa de los abuelos tiene
golosinas aseguradas. Un día los padres descubren al niño comiendo golosinas en
casa de los abuelos y le dicen que no tome más, entonces viene la temida frase
de “venga, no hagas caso a tu madre/padre que de esto no saben y tomate esto
que total uno no te hará daño”. Eso si no dicen “lo siento, la culpa es de tu
madre/padre que no te deja” y luego a la que
nos damos la vuelta, llaman discretamente al niño en un lugar discreto
diciéndole “ven toma esto pero no se lo digas a tu madre/padre y cuando quieras más dímelo sin
que se enteren que los abuelitos siempre tenemos cosas buenas para el nene”.
¿Qué hacemos?, ¿nos comemos a los abuelos con patatas o qué? Ya os comento que
salvo algunas excepciones los problemas de este tipo con los abuelos es inútiles
luchar contra ello, lo siento señores, pero normalmente con este tipo de abuelos
hay que resignarse, la mayoría de los comentarios que he oído y los que me
comentaban las psicólogas son casos perdidos. Lo mejor es ya no pedirle nada al
niño si sabes que va a ocurrir eso, es decir, hacerse la sueca ante ello, e
intentar hablar con los abuelos de nuevo pero no delante del niño.
Dejando aparte los abuelos, los que
sí deben estar súper coordinados son los padres. Si el niño hace una cosa mal y
papá se enfada y pone al niño ha recoger lo que ha hecho, mamá no tiene que ir
luego recogiendo ella porque “pobre niño es muy pequeño para eso”. O al
contrario mamá ha dicho que esta tarde no salía porque había roto algo a
propósito, no ha querido recoger, se ha chuleado y ha cogido una rabieta que ha
acabado mordiendo a la mamá. Entonces viene el padre y se lo lleva al fútbol
porque tenía las entradas. No digo que papá se quede sin partido, el padre se
va y lleva a otra persona, o se van los papis y dejan al niño con los abuelos.
Quien levanta el castigo es la persona que lo ha impuesto. También tenéis que
tener en cuenta que en relación a la edad del niño el tiempo del castigo tiene
que ser uno u otro, el castigo tiene que ser inmediato
para que el niño lo relacione (no castigarle dentro de tres
horas o al día siguiente) y a ser posible no tiene que
interferir en el quehacer de la familia (por eso he comentado lo de ir la
pareja al fútbol), el castigo es para el niño no para el resto de la casa.
Si hay una desavenencia se espera y
cuando el peque esta en la cama o fuera de casa se comenta, pero se comenta como personas,
sin amenazas, gritos ni ofensas. Recordad que lo que estáis discutiendo no es
“me has herido en mi amor propio” sino “que es lo mejor que podemos hacer para
encaminar al niño”. Puede que al hablarlo uno vea que
se ha equivocado y se tomen las medidas para la próxima vez actuar en
consecuencia. Si se ha actuado mal con el niño se le debería decir, explicarle
porque hemos actuado mal y pedir perdón. El ejemplo es la mejor manera de educar
a los niños, si el padre se equivoca y pide
perdón tenéis más posibilidades que el niño se eduque con este valor, el de
reconocer los fallos, asumirlos y disculparse.
A la hora de dar ejemplo a los niños tenemos que ir con mucho cuidado con nuestro
comportamiento. Si desde bebés nos han oído pedir
las cosas por favor y dar las gracias y se lo hemos ido diciendo ellos lo harán.
Ejemplo, el niño cena y se gira a su padre y le dice “agua”, entonces el padre
le dice “agua por…” y el niño dice “agua por favor”, el padre le responde
mientras va a buscarla “así sí” y al dejársela le dice “y ahora que se dice” y
el niño responde “gracias papá”. Evidentemente, antes ha de haber habido un
trabajo de ir repitiéndoselo, pero de esta forma tan sencilla nuestros hijos
pueden aprender fácilmente esto. Sólo hay que mantener siempre presentes que hay
que dar ejemplo y hay que ir reforzando la conducta.
Y hablando de reforzar la conducta
una de las cosas que más influyen en las personas son las palabras con las que
las tratamos. Siempre he dicho que las palabras son una de las armas
más poderosas que existen. Hemos de mentalizarnos en
ser positivos siempre ante nuestros
hijos, incluso cuando les recriminamos o les ensañamos algo. Como comenté hace poco en uno de
los posts de Cintia, el verbo ser es muy
peligroso ya que implica que una persona es de esa forma, es decir, que esa es
su esencia. Ejemplo, el niño se pone los zapatos y se los pone al revés, la
madre/padre dice “hay hijo mío es que eres
tonto no ves que llevas los zapatos al
revés” más tarde se le caen macarrones con tomate sobre la ropa y se ensucia y
le vuelven a decir “hay hijo además de tonto torpe, pero no te he enseñado yo a
coger bien la comida con el tenedor es que no atiendes nunca y luego nos toca a
nosotros limpiarlo todo, podrías estar más atento” . A la larga ese niño llegará
a creer que realmente debe ser tonto o torpe. Si en cambio en ambos
casos se le dice “a ver cariño, mira los pies, ¿como están los zapatos?, venga
amor que tú sabes hacerlo bien, quítatelos y fíjate un poco mejor cada uno a su
lado” o bien en el segundo caso decir algo así como “fulanito, mira como tienes el jersey, venga
fíjate bien, que tú ya eres un nene no un bebé que sino te tendremos que poner
un baberito. ¿Cómo te hemos enseñado coger el tenedor? Vamos que lo haces cada
noche bien, concéntrate y sigue”. ¿Cuál de las dos formas os ha gustado más?
¿Cuál os hubiera gustado de os dijeran? La palabra tonto tendría que ser borrada de nuestro
vocabulario ya que causa mucho daño. Recordad también que no es lo mismo ser que
parecer, el niño puede parecer torpe
porque no se fija puesto que normalmente lo hace muy bien y si se fija seguro
que le saldrá requetechulo. Tampoco es aconsejable emplear
la típica "es que eres malo", es mejor decir "si tú sabes portarte muy bien,
porque haces ahora esto, venga que tú sabes"
Esto también tiene sus ventajas
cuando queremos conseguir algo de ellos. Por ejemplo no es lo mismo decir "Si no
recoges las fichas del suelo no verás los dibujos" que decir "cuando hayas
recogido las fichas del suelo iremos a la sala a ver juntos los dibujos" o bien
en vez de verlos juntos se puede ir a merendar si se quiere acompañar de un
refuerzo. El primer caso es una amenaza, el segundo es un condicionante pero con
un final más apetecible. Si el niño no recoge la culpa no es de mamá que me esta
castigando, es del niño que se está retrasando en recoger, tú no le impides ver
los dibujos, sólo le estas dando una secuencia de hechos. Si la cosa se puede ir
de las manos entonces mamá puede ayudar un poquito, pero que conste que ayudar
no es hacerlo todo tú. Ayudar podría ser ir pidiéndole las cosas y tú irlas
metiendo en la caja o bien que uno haga una zona de la habitación y el otro
otra. Sólo pensad en como os gustaría a vosotros que os dijeran las cosas y
aplicarlo.
El pensamiento positivo no se tiene
que tener sólo al enseñarle, se tiene que tener siempre. El peque viene todo emocionado
porque ha hecho “un pinta” del que se siente muy orgulloso. Nosotros estamos
arreglando cosas en casa como siempre y no estamos para nada, así que le decimos
“a sí, otro dibujo, vale, vale, muy bonito sí” y seguimos sin ni siquiera haber
mirado el dibujo. Si el niño está tan contento de su progreso hay que valorarlo,
el decir “uyyy que mono, venga, ves a hacer otro
y luego los colgaremos en la nevera cuando venga papá” no nos llevará mucho
tiempo decir algo por el estilo, ¿verdad? Si realmente en ese momento no podemos
dedicarle ni siquiera eso, lo mejor es decirle “lo siento amor pero ahora mamá
no puede dejar lo que hace para mirar, espérame un momento y enseguida vendré a
verlo, mientras puedes hacer uno para papá cuando venga”. Eso sí, cuando podáis
pasad a ver los dibujos y alabadlos aunque tan sólo sean tres rayas, un círculo
y algo indescifrable en medio, de esta forma el niño ganará en autoestima y
tomará confianza haciendo cosas.